lunes, 30 de septiembre de 2013

¡¡Bizcocheando los lunes: Bizcocho Red Velvet!!

¡¡Hola a tod@s!!

Llevaba tiempo queriendo hacer la receta del bizcocho Red Velvet pero sin usar mantequilla. No es que tenga nada en su contra, básicamente es que siempre se me olvida sacarla con antelación del frigorífico y me toca esperar jajajaja.


Además quería subir una receta en la que os indicara lo que uso últimamente cuando hago Red Velvet, la emulsión de la marca LorAnn. Lo que hago es sustituir la cucharadita de colorante rojo que se le echa a este bizcocho, por la susodicha emulsión, potencia mucho el sabor y queda con un color estupendo :p.

En teoría esta emulsión es para usarla en bizcocho básicos como el extracto que da sabor al bizcocho, vamos que no echaríamos ni cacao, ni vinagre, ni bicarbonato ni nada de nada.

Hacerlo de esta manera es bastante más rápido, mezclas tres ingredientes, añades la emulsión y ale, "pa'l horno", y el resultado debería saber a Red Velvet. No os puedo decir esto es así o no porque no lo he probado nunca, prometo hacerlo en algún momento y ya os comento qué tal la experiencia ;).


Os dejo el link a la receta que tengo subida al blog, que es la que hago normalmente, porque, de todas las que he probado, es la que más me gusta; y también a una variación de la Red Velvet por si os apetece echarle un vistazo.


Esta receta la vi de chiripa en el blog de byluch, que os recomiendo que os paséis a visitar. Ya no sólo por la recetas, si no por las pedazo de fotos que tiene, y que yo, por más fotografías que miro y remiro e intento inspirarme, soy incapaz de emular jajaja. En el pack de nacimiento no vine con la habilidad para echar fotos, ¡¡qué vamos a hacerle!! :p.

Os pongo un poquito de su historia y/o leyenda:

Se conocen unas cuantas leyendas sobre esta tarta, pero la más conocida es la que dice que era una tarta exclusiva del Hotel Waldolf Astoria en Nueva York. A principios del siglo XX era un postre muy apreciado entre los visitantes del hotel que, evidentemente, tenían un nivel económico elevado. Un día, una vieja conocida del establecimiento pidió al chef principal que le revelara el secreto del pastel que había enamorado a media Nueva York. Él accedió pero le pasó una cuenta desorbitada por dicho secreto. Ella en venganza se dedicó a divulgar la receta, que pasó de ser exclusiva a formar parte de la historia culinaria americana. (Jajaja qué malvada :p).

Tiene un color rojo oscuro, rojo brillante o rojo-marrón. Por lo general, se suele preparar como layer cake (o pastel en capas) con sabor a vainilla o chocolate, que se recubre con un glaseado de color blanco cremoso (que puede ser de queso, de chocolate blanco...). 


Yo me he limitado a hacer el bizcocho, pero en cualquiera de los enlaces que os he puesto arriba, tenéis la receta de la crema de queso que la acompaña.

Vamos con ella.

Ingredientes:

  • 60 ml de aceite de girasol.
  • 160 gr de azúcar .
  • 1 huevo.
  • 150 gr de harina.
  • 1 cucharada rasa de cacao en polvo sin azúcar (no hay que pasarse de cacao, que si no, no hay quien saque el color rojo al bizcocho).
  • 130 ml de buttermilk (si no tenemos ,como es mi caso, podemos echar a 125 ml de leche una cucharadita de vinagre blanco o de zumo de limón, y lo dejamos reposar unos 10 minutos).
  • 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
  • 1 cucharadita de colorante Rojo (o bien podéis usar el extrared de Sugarflair o la emulsión Red Velvet de la marca LorAnn, que es lo que he usado yo).
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato.
  • 1 cucharadita de vinagre blanco.


Elaboración: para un molde de 15 cm o de 17 (un poco más bajito).

- Ponemos a precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo, sin ventilador (si es con ventilador entonces a 160º) y con la bandeja puesta en el centro.
- Si no tenemos buttermilk, lo primero que hacemos es poner la leche en un vaso, añadimos la cucharadita de vinagre (o zumo de limón) y lo dejamos reposar unos 5-10 minutos ,hasta que veamos que la leche se corta. No pasa nada si tiene mala pinta, es así jejeje.
- Preparamos el molde engrasándolo (con mantequilla y espolvoreándolo con harina o usando un spray desmoldante) y poniendo un disco de papel de horno en el fondo.
- Tamizamos el cacao con la harina y reservamos.


- En un bol, batimos el aceite junto con el azúcar y el huevo hasta que la mezcla claree.
- A velocidad baja, iremos agregando la harina con el cacao alternándolo con el buttermilk.
- En un vasito, ponemos el bicarbonato y le añadimos la cucharadita de vinagre, cuando haga burbujas, lo echamos a la mezcla.
- Batimos un poco y cuando la mezcla sea homogénea, agregamos el colorante o emulsión rojo y el extracto de vainilla y removemos hasta que esté bien integrado. Si creéis que no os queda lo suficientemente rojo, podéis añadir un poco más de emulsión, o bien un poco de colorante rojo (yo no hago esto, con la emulsión me vale, pero si hemos echado demasiado cacao, no hay manera de que salga el rojo).
- Vertemos la masa en el molde y horneamos durante unos 40-45 minutos. Cuando el palillo nos salga limpio al pinchar el bizcocho, éste estará listo. Ya sabéis, no hay que abrir el horno antes de que haya pasado al menos 2/3 del tiempo de horneado, que el bizcocho puede hundirse por el cambio de temperatura :p. Si tuviéramos que abrir el horno, hay que cerrarlo despacio, para evitar que entre una corriente de aire frío de golpe.


- Lo sacamos y lo dejamos enfriar unos 5 minutos en el molde. Después lo desmoldamos y lo pasamos a una rejilla para que se enfríe del todo.

La textura es buenísima, ligera pero compacta, no sé como explicarlo mejor jajaja. Todo el que prueba esta tarta se queda prendado de ella, algo tiene que tener en la combinación de ingredientes tan curiosa que lleva :p.

El sabor es intenso, pero no sabe ni a cacao, ni a vainilla ni a nada en concreto, bueno sí claro, sabe a ¡¡RED VELVET!!.


Si no habéis hecho nunca uno de estos, os recomiendo que lo probéis, no os dejará indiferentes.

Muchas gracias por leerme y un besote para tod@s ;).

2 comentarios:

Me encantan vuestros comentarios, los leo todos y me hacen mucha ilusión :D